martes, 2 de enero de 2018

Bitácora de vacaciones. Día 13.

"Es un don", suele decir una amiga fingiéndose meme cada vez que le rezo sus defectos después de una terrible cagada. Acto seguido nos reímos hasta llorar y brindamos por la ocasión. Mi don más puro consiste en hacer enojar a la gente. Normalmente, para que eso ocurra, primero tengo que enojarme yo y dependiendo de lo que haya originado el enojo, sigue la reacción.

Hoy he hecho enojar a más gente que de costumbre. El polvo en casa me ha hecho enojar y eso ha provocado contagiar mi enojo a los albañiles, a la DRO que comisioné para que la obra estuviera en el tiempo requerido, a los proveedores de material por su impuntualidad, a la vecina que no es buenona pero sí viejita cochina, al vecino que saca a sus perros a cagar a mi pasto, a la señora de la tienda que no tiene focos, etc.

A quien más hice enojar es a quien quiero. ¿Por qué? No lo sé. Mi pretexto es que el polvo en la casa me está haciendo estragos pero sobre todo que las vacaciones ya van a terminar y la obra no está terminada. En conclusión: no he descansado nada. El cansancio hace estragos en mí y eso me hace enojar. Bueno, el polvo me hace enojar más.

Así que antes de hacerlos enojar con mis ocurrencias sin imaginación, mejor me voy a dormir. es justo para todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.