"Es un don", suele decir una amiga fingiéndose meme cada vez que le rezo sus defectos después de una terrible cagada. Acto seguido nos reímos hasta llorar y brindamos por la ocasión. Mi don más puro consiste en hacer enojar a la gente. Normalmente, para que eso ocurra, primero tengo que enojarme yo y dependiendo de lo que haya originado el enojo, sigue la reacción.
Hoy he hecho enojar a más gente que de costumbre. El polvo en casa me ha hecho enojar y eso ha provocado contagiar mi enojo a los albañiles, a la DRO que comisioné para que la obra estuviera en el tiempo requerido, a los proveedores de material por su impuntualidad, a la vecina que no es buenona pero sí viejita cochina, al vecino que saca a sus perros a cagar a mi pasto, a la señora de la tienda que no tiene focos, etc.
A quien más hice enojar es a quien quiero. ¿Por qué? No lo sé. Mi pretexto es que el polvo en la casa me está haciendo estragos pero sobre todo que las vacaciones ya van a terminar y la obra no está terminada. En conclusión: no he descansado nada. El cansancio hace estragos en mí y eso me hace enojar. Bueno, el polvo me hace enojar más.
Así que antes de hacerlos enojar con mis ocurrencias sin imaginación, mejor me voy a dormir. es justo para todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.