martes, 9 de junio de 2020

Grita

Nunca conecté con Jarabe de Palo. No me juzguen. Sólo me pasó que por aquel tiempo todos los escuchaban y a mí sencillamente, me fastidiaron. Pero alguna ocasión sí los escuché con atención. Fue en 1999 cuando recién había nacido mi hija y yo era un padre temeroso de mis nuevas responsabilidades y buscaba huir de su llanto desesperado a la menor provocación.

Por aquellos días se vivía una euforia por los reencuentros, tal vez por miedo a que el mundo se acabara en los primeros instantes del año 2000 y jamás volviéramos a vernos. Nosotros fraguábamos un reencuentro con los ex compañeros de la primaria y constantemente acudíamos a reuniones que parecían negociaciones políticas en las que discutíamos asuntos sin importancia durante horas, unas veces mediando a veces cervezas, otras café.

¡Total! En aquella ocasión Edmon y yo llegamos a casa de Indra. Esperábamos a alguien más, tal vez al Güero o a Marlene. Mientras tanto Indra, anfitriona atenta, nos preparó café y puso música en el reproductor que tenía en su cocina. Era Jarabe de Palo. Edmon enseguida pidió adelantar el CD hasta La Flaca. ¡No mamar! Repitieron la canción como diez veces antes de que se les olvidara y por fin pudiera continuar Grita. Esa canción me gustó mucho. Como repararon en que no habían repetido La Flaca, lo volvieron a hacer otras tantas veces como tazas de café nos bebimos. Cuando pasamos a las cervezas pude escuchar detenidamente Grita, dos o tres veces. Amé esa canción. 

Hace unas horas despertamos con la noticia de la muerte de Pau. De pronto las redes sociales se inundaron con canciones de Jarabe de Palo e imágenes despidiendo a Pau Donés. Los entiendo, todos tenemos un ídolo que se va y nos duele tanto como la muerte de un ser amado. Minutos después tuve la oportunidad de charlar con mi amiga Lorena y llorar un poco en su hombro, como ocurre últimamente. Ella sabe como levantarme cuando más podrido me encuentro. Lo hizo esta vez y minutos más tarde me dedicó Grita sin que durante nuestra charla tocáramos el tema de la muerte de Donés. Lo hizo así, sin saberlo, sencillamente porque a ella sí le pegó esa muerte y porque mi charla fue un buen pretexto para regalar esa canción. Me sentí especial. No he dejado de escucharla pues al final aunque mi mundo en estas dos semanas se haya venido abajo, sé que pronto todo pasará "y aquí estamos para eso, pa' lo bueno y pa' lo malo. Llora ahora y ríe luego."


Descanza en paz, Pau Donés.

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