viernes, 15 de marzo de 2024

Chiflados. Pt 3

Un hombre alto, fornido y rubio, sube al vagón del metro. Su mueca de molestia es evidente. No sé si por el calor o por la cantidad de gente. Se abre paso entre la gente a fuerza de empellones y llega hasta un asiento reservado. "Con permiso", dice imperativo al hombre que dormita en ese lugar. "Con permiso", repite frente al sujeto que con total modorra lo observa. Éste se levanta con lentitud y molestia mientras el rubio ocupa su lugar agradeciendo, bendiciendo y hablando de una edad que no parece tener.

Pasan unos segundos y el rubio cambia el talante. Comienza a maldecir por igual a hombres y mujeres. Su racismo es evidente y se centra en el hombrecillo a quien minutos atrás levantó de su lugar. El joven parece ignorarlo, pero mucha gente comienza a engancharse. El rubio les grita que se callen, que no sean maleducados e ignorantes, que en México existe li U bertad de expresión. Hace énfasis en la existencia de los asientos reservados, de los mexicanos maleducados y de los huevones que fingen dormir para acaparar esos asientos. Como si la gente se hubiera puesto de acuerdo, todos lo ignoran, salvo yo que dándole la espalda lo escucho atento.
Llego a mi estación y desciendo. Detrás de mi lo hacen un montón de personas. Al subir la escalinata mi rodilla me recuerda que debo apoyar bien antes de dar cualquier paso. A mi lado alguien sube la escalinata corriendo. Sus pisadas provocan que los escalones retumben. Es el rubio, el viejo que diez minutos atrás hablaba de educación y engaños.

Pinche viejo orate y comodino, pienso mientras me concentro en el dolor de mi rodilla derecha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.