domingo, 26 de noviembre de 2023

Soluciones sin solución

Hay padres y madres de familia que quieren que sus hijas e hijos estudien, pero sin mandarlos a la escuela.

- ¿Cómo? - les pregunto siempre que salen con esa ocurrencia
- En línea, como en pandemia

Es dificil hacer entender a la gente comodina que las clases en línea fueron una alternativa remedial para un problema que atacó al mundo, pero ni ellos, ni sus hijas e hijos, ni el magisterio, estábamos preparados para eso. Lastimosamente, el rezago que se generó fue impresionante.

Si bien la educación en línea pudo ser una oportunidad para explotar una alternativa educativa, en el país con la cual combatir las desigualdades, no estamos preparados ni academica ni estructuralmente para ello.

Es común que la gente llegue a mi escuela a pedir el servicio en línea.

- Eso ya se acabó cuando menos de manera oficial

Ellos no lo creen. Ante su incredulidad procuro hacerles un reto: "traiga a su hijo, le aplico un examen de 127 preguntas. Si lo acredita, le doy la atencion en línea. Si lo reprueba, me lo manda a clases diarias." Ni siquiera regresan a hacer el examen. No les importa.

Tengo alumnos que están inscritos en primaria y secundaria, en la modalidad abierta del INEA, modalidad que ahora obliga a los alumnos a estudiar y no únicamente a obtener un certificado con las argucias más increibles que puedan imaginar y que a algunos de ustedes les he compartido. Hasta ahora y despues de cinco meses, no hay alumnos que hayan logrado certificar en un sólo examen. ¿Por qué? ¿El examen es imposible? ¿El maestro no los preparó bien? ¿Los aplicadores ya no se dejan corromper? ¿Qué está pasando? Simple: los alumnos carecen de los aprendizajes mínimos necesarios para responder un examen de 80 preguntas. Así de simple.

En consecuencia, al reprobar, se ven obligados a responder unos libros gordísimos que además de poner en juego sus conocimientos, les exige armar un proyecto comunitario, algo que para ellos representa dos dificultades: organizacion y trabajo.

¿Qué pasa entonces con los alumnos? En este caso, con mis alumnos: sus padres prefieren dejármelos otro turno para que respondan los libros porque "están bien dificiles y no puedo ayudarle" o porque "en casa no hace nada y como no le entiende al libro mejor se sale de vago. Mejor que esté con usted."

Y si, mis alumnos de plano no saben leer, no saben las tablas, no saben dividir con punto decimal, no saben restar cuando el minuendo es menor que el sustraendo. Lo peor, no saben leer una simple instrucción: si en su libro dice encierra, ellos subrayan; si dice marca con una X, ellos palomean o subrayan. Y si les dejo tarea, no la hacen.

Mis alumnos y otros miles de estudiamtes, traen un atraso educativo por sistema. Ese atraso se agravó en pandemia y sus padres jamás se preocuparon por preparar a sus hijos para el regreso a la escuela, al contrario, los alentaron a quedarse atras bajo el argumento de "no te pueden reprobar." Pueden inscribirlos, fingir interés, pero se dan el lujo de no apoyarlos para que cumplan con su trayecto académico. En consecuencia: tenemos niños y niñas, jovencitos e incluso, nacientes adultos, totalmente abandonados.

Pero gracias a eso, tengo trabajo. Lastimosamente, no soy mago. El atraso y el rezago educativo se encuentran en un momento grave, pero lo mas preocupante es el abandono en que están sumidos la mayoría de los chicos en edad escolar cuyas alternativas de sobreviviencia y proyectos de vida estan reducidas a actividades fáciles, redituables y peligrosas, que únicamente la delincuencia organizada les puede ofrecer.

Lo lamento, pero estamos tratando con la generación de padres que creyeron que la solución a todos sus problemas la encontrarían en internet, y con sus hijos, quienes le dan prioridad a tik tok que a la lectura de media cuartilla para entender lo básico de un tema.

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